El grupo de investigación Ciclo Celular y Biomarcadores de Cáncer, liderado por el Dr. Guillermo de Cárcer, del Instituto de Investigaciones Biomédicas Sols-Morreale, IIBM (CSIC-UAM) describe una nueva estrategia terapéutica para el cáncer de mama con alta inestabilidad cromosómica. Este estudio es el resultado de una colaboración multidisciplinar entre la empresa farmacéutica Eli Lilly en Madrid, el hospital MD Anderson Cancer Center de Madrid y el CSIC como institución académica. Dicho trabajo ha sido financiado en su mayor parte por la Fundación Científica de la Asociación Española Contra el Cáncer. En la imagen de portada aparecen a la izquierda: el Dr. Guillermo de Cárcer y Dra. Natalia Sanz (IIBM-CSIC; a la derecha en la parte de arriba: la Dra. Gema Moreno-Bueno (MD Anderson / IIBM / UAM); y a la derecha en la parte de abajo: el Dr. Carlos Marugán y Dra. María José Lallena (Eli Lilly).
Una de las características de los tumores más agresivos es la inestabilidad cromosómica, una alteración presente en las células tumorales que hace que tengan un número de cromosomas aberrante. La inestabilidad cromosómica confiere a los tumores una alta capacidad de adaptación, haciéndolos resistentes a las terapias y promoviendo la metástasis. Aunque ya se ha intentado con anterioridad identificar terapias específicas para atacar tumores con alta inestabilidad cromosómica, los resultados nunca han sido del todo satisfactorios. En este sentido, el equipo del Dr. de Cárcer ha planteado una alternativa experimental, centrándose exclusivamente en algunos genes que están estrechamente relacionados con la inestabilidad cromosómica y haciendo un rastreo de fármacos con el objetivo de encontrar nuevas estrategias terapéuticas para el tratamiento de células tumorales de cáncer de mama con alta inestabilidad cromosómica.
Los investigadores descubrieron que las células tumorales con una alta expresión del gen TPX2, un biomarcador característico de las células con inestabilidad cromosómica, se vuelven sensibles a la acción del fármaco dasatinib. Esto ocurre mediante la activación de los genes YAP/TAZ que están implicados en la proliferación y progresión tumoral. Dasatinib es un fármaco especialmente indicado para un tipo concreto de leucemias, por lo tanto ya está en la práctica clínica y facilita que se pueda utilizar para tratar otros tipos de cáncer (reposicionamiento de fármacos). Los resultados de este trabajo sugieren que los tumores más agresivos de mama que muestran una alta activación del gen TPX2 podrían beneficiarse del tratamiento con dasatinib, en caso de que no hay respuesta a las terapias estándar. Esta investigación supone un avance en la búsqueda de nuevas opciones de tratamientos para las pacientes con cáncer de mama, aunque aún son necesarios ensayos con modelos preclínicos.
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